viernes, 4 de febrero de 2022

Nebulosa Cabeza de Bruja - IC.2118

La pasada noche del 5 de Diciembre, en una sesión de observación en el observatorio, apunté a una región del cielo, perteneciente a la frontera entre las constelaciones de Orión y Eridiano.



Cerca de la estrella más brillante de Orión, conocida como Rigel, se encuentra una nebulosa algo difícil de capturar, puesto que es de reflexión, no tiene brillo propio sino que refleja la luz de las estrellas cercanas.

Hay dificultad, puesto que se trata de capturar una nebulosa tenue al lado de una estrella muy brillante y claros campo de polvo circundante. 

Imagen de 3horas de exposición con Canon 750Da y teleobjetivo Samyang ED de 135mm,
desde el observatorio astronómico Cielos del Cid - Quintanarraya


Una nebulosa de reflexión es una nube de polvo que refleja la luz procedente de una o más estrellas cercanas. La energía de estrellas cercanas es insuficiente para ionizar el gas que le conforma y así transformarse en una nebulosa de emisión, pero suficiente para permitir la necesaria dispersión de la luz que le haga visible. Como es luz reflejada, el espectro de la nebulosa es similar al de las estrellas cuya luz es reflejada.

Las nebulosas de reflexión son usualmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja (es la misma razón que explica el color del cielo). Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo. Contiene también elementos más pesados como oxígeno, silicio, carbono, hierro y níquel. Edwin Hubble determinó la distinción entre nebulosas de reflexión y emisión en el año 1922.

Rigel, la estrella brillante que está en la parte inferior de la imagen, es una supergigante azul, 55.000 veces más brillante que el sol. Con un diámetro de cerca de 116 millones de kilómetros, que es 84 veces más grande que el sol.




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